martes, 5 de marzo de 2019








Biografía del Autor

Julio Escoto, nació en San Pedro Sula el 28 de febrero de 1944. Es un escritor, ensayista, cuentista y critico literario de nacionalidad hondureña. Dirigió la revista literaria Imaginación y el Centro Editor, en San Pedro Sula. Máster con especialidad en Literatura Hispanoamericana por la Universidad de Costa Rica. Fue Jefe de la Unidad de Comunicación de la FHIA en La Lima, Cortes, Jefe de la División Editorial y Técnica del Instituto Interamericano de Ciencias Agrícolas en Costa Rica. Fue Director Ejecutivo de la Revista Desarrollo Rural de las Américas; Director de la EPUCA, Columnista del Diario El Heraldo.




Marco Histórico

Nació en la Ciudad de San Pedro Sula (1994). Cuentista y crítico literario, además de ensayista, Obras: Los Guerreros de Hibueras (cuento) Tegucigalpa, 1967. La Balada del Herido Pájaro (cuento) Tegucigalpa, 1969. El Árbol de los Pañuelos, San José, 1972. Antología de la Poesía Amorosa en Honduras, Tegucigalpa, 1975. Casa del Agua, Tegucigalpa, 1975. Días de Ventisca, Noches de Huracán, San José, 1980. Bajo el Almendro... Junto al Volcán (1988). El Ojo Santo: la ideología de las religiones y la televisión (1990); José Cecilio del Valle: Una ética contemporánea (1990). El General Morazán vuelve a marchar desde su tumba (1992). Rey del Albor, Madrugada (1993); Ecología para jóvenes de 10 a 190 años; Todos los cuentos (1999).




CRONOLOGÍA




SINOPSIS

Arístides andaba lentamente por las heridas calles de nuestra querida ciudad.
Tenía miedo de todo, de encontrarse con algún conocido, con la policía o con algún ladrón sentía muy mal y tenía frío, había entrado en un restaurante para ofrecerse de lavaplatos a cambio de un plato de comida pero cuando lo vieron con el pelo sucio, la barba sin afeitar y con una forma peculiar de hablar, le dijeron que no lo necesitaban, no le faltaban amigos para esta misión, pero cuando le vieron sin nada y medio enfermo le dieron la espalda.

Recordaba a sus padres y hermanos. ¡Qué felices deberían estar en su pueblo! Pero él; los había ignorado desde que llegó a la ciudad Todo el dinero que le habían dado para que   costeara sus estudios, lo había malgastado.

Una carta? Sí, ¡eso haría! les escribiría una carta, casi estaba seguro que no lo perdonarían, el padre de Arístides volvía rendido del campo, empezaba a notar los años y se cansaba con mucha facilidad. Papa ha llegado esta carta para ti.” –dijo Benito abrió sin prisa la carta, y empezó a darle vueltas y vueltas hasta que, levantó los ojos y mirando hacia la cocina, intentó llamar a su mujer Qué pasa?” –preguntó Bonifacia al ver a su marido tan agitado.-“Arístides “Queridos padres y hermanos: les pido perdón por todos los disgustos que les he causado, no haber cumplido ni un solo día con mi obligación de hijo y menos de estudiante “Si ustedes estuvieran dispuestos a perdonarme y a recibirme de nuevo en su hogar, pongan un pañuelo blanco en el árbol que hay entre la casa y la carretera. El vehículo pasaría por su pueblo. El camión pasó velozmente por delante del árbol; pero Arístides lo vio. ¡Estaba lleno de pañuelos blancos que sus padres y hermanos habían atado al árbol! Entendían que el perdón no cambia el pasado pero si el futuro.


ARGUMENTO


El árbol de los pañuelos está basado en el argumento de la novela del hondureño Ramón Amaya Amador (1916-1966) Los brujos de Ilamatepeque (1958), donde se narra la historia de los hermanos Cipriano y Doroteo Cano, dos ex soldados del unionista centroamericano Francisco Morazán, que luego de la muerte del héroe regresan a Llama, su pueblo, para retomar el proyecto ideológico del derrotado héroe. Estas ideas chocan con dos sectores poderosos: la iglesia y las autoridades municipales, quienes acusan de brujos a los hermanos hasta lograr que éstos sean juzgados, condenados y fusilados en medio de la furia de una población fácilmente manipulada.
Escoto ubica su narración veintitrés años más tarde de este suceso, cuando Balam Cano, hijo póstumo de Cipriano y Eulalia, regresa a Llama, convertido ya en un pueblo fantasmal, con la idea de vengar la muerte de su padre. La asignación del nombre Balam (‘brujo’ en maya) al hijo de Cipriano no resulta nada gratuita, pues de ese nombre procede el principal elemento problematizado de la novela. La búsqueda de venganza de Balam se va a convertir finalmente en su propia búsqueda a partir de ese ser en constante contradicción de sus dos procedencias (El Balam brujo, indígena; y el Cano, español). En este sentido, resulta también alegórico el énfasis que hace el narrador en la vocación cristiana de Eulalia y la cualidad de brujo de Balam, lo cual plantea un conflicto latente de carácter no solamente religioso, sino histórico-cultural. De hecho, vale señalar que Llama pertenece a la zona de Honduras donde hubo mayor asentamiento indígena y donde los españoles a través de la evangelización y la colonización ejercieron una fuerte influencia.
El árbol de los pañuelos se vale de la anécdota sobre la muerte de los hermanos Cano como un motivo para construir un discurso rico en símbolos y haciendo uso de las técnicas narrativas modernas (ruptura del discurso lineal, monólogo interior, intertextualidad, ambigüedad entre el mundo onírico y el mundo real). Un elemento intertextual bastante visible es, hasta cierto punto, el paralelo entre la búsqueda de Balam Cano y Juan Preciado y entre el ambiente de Llama y Cómala. Sin embargo, estos sólo son algunos motivos que retoma Escoto de Juan Rulfo, pues El árbol de los pañuelos tiene sus propias señas de identidad y su discurso no deja de ser menos polisémico. El personaje Eulogio, el loco, resulta clave en esta narración pues de su relato, a menudo caótico, surge también el cuestionamiento de la realidad, con sus ambigüedades y alteraciones. Escoto también se vale de paradigmas universales: el tema fratricida de Caín-Abel, a través de la relación Balam y Eulogio; el mito del complejo de Edipo, en la unión simbólica entre Balam Cano y su madre Eulalia.
Afirmar que El árbol de los pañuelos se limita a indagar en el tema de la identidad sería limitar sus múltiples sentidos. El mismo autor ha dado las pistas sobre la intención de su novela: «… hay introspección, búsqueda de las motivaciones, de las causas, de los orígenes de las reacciones del ser humano». Es decir, Escoto va más allá del problema de la hondureñidad, pues a través de la particularidad de Balam-Cano, un ser humano complejo, problemático, tiende lazos hacia el planteamiento de problemas más universales: el fanatismo, la violencia, la intolerancia, la lucha entre el bien y el mal, el mestizaje, el ser humano y la eterna búsqueda de sí mismo.

PERSONAJES

Arístides
Benito (Hermano de Arístides)
Bonifacia (Madre de Arístides)
Padre de Arístides

TEMAS Y PROBLEMÁTICA

La irresponsabilidad de un hijo ingrato.

Los grandes problemas del hombre se provocan cuando no sabemos buscar lo verdadero.